Sigamos fingiendo que somos grandes desconocidos cuando en realidad hemos sido todo lo que unos adolescentes pueden llegar a ser.
Ignoremos nuestros sentimientos y hagamos caso omiso a nuestras ganas de abrazarnos.
No pensemos en todo lo vivido. Lo mejor es olvidarlo, ¿verdad?
Tengamos el suficiente orgullo como para no volvernos a dirigir la palabra a pesar de lo que nos queremos.
Y así estoy, intentando ser fuerte. Haciendo lo imposible para olvidarte y no volver a caer en tu juego.
Rebuscándote miles de defectos que me desenamoren de ti.
Pero es imposible, mis ganas de llorar cada vez que te veo son incalculables, al igual que el tiempo que pienso en ti.
Ya no me miras, y mucho menos me sonríes. Pero cuando veo tu sonrisa, aunque no vaya dedicada a mí, me sigo volviendo loca.
Me encantaría contarte cómo me siento, pero sé que si lo hago, tú lo utilizarás en mi contra, para hacerme todavía más daño.
Así que aquí estamos yo y mis ganas de tenerte, luchando por ser fuertes.
-JS-