Al final no quedamos. Ese día JS desapareció, como por arte de magia. Como si le hubiera entrado el pánico a tener alguna relación. Aún seguimos sin hablar desde el viernes; mejor dicho: aún sigue sin hablarme, y no se por qué. No atiende a mis llamadas ni a mis mensajes. Me ignora. Ya no sé que pensar.
Pero esto no es todo, ojalá lo fuese, pero no lo es.
Dije en la entrada anterior que mi mejor amiga también le había dicho que no sabía lo que sentía. Pues quedaron el sábado por la mañana y se besaron. Sí, él que tanto me dijo que me tenía a mí y ella que me habló de que no quería meterse enmedio de nosotros dos, resulta que se besan.
Me sentí tan engañada cuando me enteré el sábado por la noche. No paré de llorar hasta el lunes, sin exagerar. Y posiblemente se me escaparan también unas cuantas lágrimas ayer.
Hoy todavía no he llorado por eso. He llorado porque voy a tener que estar un tiempo alejada de la gente que más quiero y dentro de esa gente entra él. Y me agobia el no saber cuándo volveré a verle.
Aunque soy, tal vez, bastante buena y con mi mejor amiga este tema está solucionado: ella sabe que me falló y yo sé que ella se siente mal por haberme hecho eso, así que ya no hay ningún problema entre nosotras.
El problema se encuentra en él, en JS, que por más que lo intento no quiere hablar conmigo. Espero poder solucionar con él todo esto, porque es un problema que me atormenta a diario.
Por cierto, ya que he dicho que voy a estar un tiempo alejada de mi gente, supongo que tampoco podré pasarme por aquí a diario, como lo he hecho hasta ahora. Pero en cuanto encuentre ratitos libres, no dudaré en contaros todo.
Besos queridos soñadores.