Sí, me puede llegar a sorprender la manera en la que
me haces sonreír como una boba, me puede llegar incluso a gustar esa sensación; pero no, no la puedo llegar a entender.
Igual que tampoco puedo entender como tienes
tú mi corazón. Sin hacer nada, sin decir nada, sin ganártelo. Es una cosa tonta, aunque bueno, en ocasiones supongo que
la tonta soy yo.
¿ Qué haces por mí
? Dímelo, te lo ruego. Para así darle a mi cabeza motivos por los que yo te entregué todo mi ser. La verdad es que no tengo argumentos para quererte.
Supongo que mi amor por ti no será
eterno. También supongo que tú nunca te arrepentirás por haberme rechazado tantísimas veces. Pero si ese no fuera el caso, si tú algún día vinieras a por mí, sitiendo muchísimo todo lo que me estás haciendo pasar, yo simplemente te entregaría
mis últimas lágrimas derramadas por ti y te diría que tiempo atrás, yo estuve ahí,
solo para ti.