Soñadores

martes, 27 de diciembre de 2011

Eres especial.

Cada día, a todas horas, minuto a minuto, pienso en ti.
No puedo alejarme de ti, no puedo dejar de verte y no puedo parar de pensar en ti.
Si tú realmente supieras lo especial que eres para mí, tal vez me darías una oportunidad o echarías a correr pensando que estoy loca por quererte tanto; una de dos.
Llevó más de un año queriéndote con locura. No te he olvidado ni un segundo, pero es que tampoco sé si quiero. Porque cuando estás a mi lado, haciéndome sonreír, me haces la persona más feliz del mundo, créeme. 

domingo, 25 de diciembre de 2011

Y así, a diario.

No me encuentro en ningún sitio. Me pierdo entre la multitud. No sé caminar sola entre la gente. No me importa nada, ni el frío, ni el calor, ni las fechas en las que estamos. No veo a nadie, aunque hayan miles de personas juntas. Pueden pasar días, meses, años, pero yo seguiré con el mismo pensamiento. .
Y cuando conseguí verte... Ya me encontré. Ya supe caminar a tu lado. Ya entendí que estamos en invierno, que va a terminar el año. Ya te reconocí entre las miles de personas. Pero mi pensamiento siguió siendo el mismo que desde hace varios días, meses e incluso años. .

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Has cambiado mi vida.

Desde que llegaste a mi vida, todo cambió: mi forma de ser, de pensar, de comportarme. No se si para bien o para mal. Pero solo pienso en ti, solo me importas tú, solo me preocupo por ti.
Puede que si no te veo o que si soy transparente para ti algunos días esté realmente triste, pero cuando te acercas a mí, me miras y me pones una de tus caritas, me haces la persona más feliz del mundo, consigues que pueda alcanzar el cielo e incluso pasarlo de largo.
Haces que me pase las horas pensando en cuándo volveré a verte, en si conseguiré que me dediques una de tus sonrisas o en si lograré que me abraces.
Ahora, solo lucho cada mañana por una cosa, y es por poder estar contigo, haciéndote sonreír en todo momento.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Guardado en mi cabeza.

Tengo tu sonrisa guardada en mis labios, para recordarla siempre que quiera sonreír.
Tengo tu perfume guardado en mi piel, para poder olerlo siempre que quiera volar.
Tengo tu mirada guardada en mis ojos, para poder verla siempre que quiera soñar.
Tengo tu forma de andar guardada en mis huesos, para poder moverme siempre que quiera levantarme.
Te tengo a ti enterito guardado en mi cabeza, porque te necesito para sentirme viva, para poder seguir adelante.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Lo mejor de mi vida eres TÚ.

¿Sabes? Creo que eres de las mejores cosas que hay en mi vida.
Tu forma de ser, tu sonrisa, tu mirada, tu olor... Todo lo tuyo me vuelve loca.
Con solo verte, mi corazón se vuelve loco, con que ni más cuando me sonríes o me tocas.
Cuando estoy a tu lado es cuando me siento completamente yo. Es cuando no puedo dejar de sonreir.
Cuando te noto cerca, comienzo a temblar y me vuelvo tartamuda.
Eres tú mis ganas de levantarme cada día. Mis ganas de seguir luchando. Eres el culpable de que no pueda dejar de sonreír cada vez que te veo.
Cuando tú estás a mi lado, todo lo que hay en mi alrededor, sobra.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Que vida, solo hay una.

No dejes que el miedo a fallar te impida jugar. No digas que no puedes cuando ni siquiera lo has intentado, y si lo has intentado y has fracasado, es que no has hecho todo lo posible; aún puedes hacer algo más.
No tengas miedo a morir, porque eso te impedirá vivir y arriesgar. No llores por nadie que te hace sufrir, porque no se merece tus lágrimas.
Ten el valor de levantarte cada día. Afronta los problemas con tu mejor sonrisa. Vuélvete loca por algo o por alguien. Comete fallos. Haz locuras. Salta lo más alto que puedas. Ve a una discoteca y baila, sin importate lo que digan.
¡VIVE
¡Que la vida es muy corta y no tenemos tiempo para desaprovechar!

sábado, 3 de diciembre de 2011

Algo más que una fuerte amistad.

Ambos sentían algo más que amistad.
Ella ya se había dando cuenta y cada mañana se levantaba con la esperanza de que él también lo hubiera hecho.
Él, en cambio, notaba algo distinto que con el resto de sus amigas, pero tenía miedo de descubrir lo que sentía en realidad. Cada vez que la miraba, se ponía nervioso, comenzaba a temblar y tartamudeaba sin parar.
Ella, cada vez que le miraba, le pasaba algo parecido: no podía decir ni una palabra sin equivocarse, no podía dejar de mirarlo y su sonrisa no se marchaba, hasta que él no se iba... Y aún si él ya se había ido, ella continuaba sonriendo.
Ella y él; él y ella, habían nacido para estar juntos.